¿Qué hormonas participan en el deseo sexual?

Las hormonas interactúan modificando nuestro deseo sexual. Los estrógenos y testosterona desempeñan una función esencial pero otras hormonas también son importantes para nuestro bienestar sexual.

Estrógenos:

Se segregan en los ovarios y son importantes para la lubricación vaginal y el placer sexual. Los niveles de estrógenos son mucho más elevados en las mujeres en edad reproductiva. Este es uno de los motivos por lo que las mujeres después de la menopausia experimentan una menor lubricación vaginal y una libido reducida. Algunas mujeres afirman que su máximo deseo sexual coincide con el momento más fértil del ciclo, y en el que existen una abundancia de secreciones estrogénicas, lo que resulta favorable para la supervivencia de los espermatozoides.

Testosterona:

Esta hormona, segregada en los testículos de los hombres y en los ovarios de las mujeres, es responsable del impulso sexual. Los niveles masculinos de testosterona empiezan a disminuir con la edad y reduce el deseo sexual. De forma similar, los niveles femeninos de testosterona alcanzan su punto más alto antes de los 20 años de edad y disminuyen a continuación.

Serotonina:

El intestino segrega más del 95% de la serotonina del organismo. Esta sustancia química cumple una función esencial en la regulación del humor, incluyendo el enfado, y también regula el sueño, la temperatura y la sexualidad. Las mujeres necesitan serotonina a fin de experimentar consuelo, satisfacción sexual y relajación.

Dopamina:

Su función es Inhibir la secreción de la hormona prolactina desde la glàndula pituitaria. La dopamina se asocia en general con el sistema cerebral del placer porque proporciona sensaciones de disfrute a partir de experiencias como comer o hacer el amor.

Oxitocina:

Esta hormona se elabora en el hipotálamo y es segregada desde la hipófisis. Participa en el reconocimiento social y en el establecimiento de vínculos. También desarrolla una función anti estrés al reducir la presión sanguínea y los niveles de cortisol, la hormona del estrés, por lo que reduce la ansiedad y aumenta la tolerancia al dolor.

Las personas segregan oxitocina durante el orgasmo. En las mujeres, la oxitocina se segrega con el masaje y el contacto, la estimulación de los pezones y las contracciones del útero en el orgasmo. Los efectos de la oxitocina están vinculados a la producción de estrógenos: cuando aumentan los niveles de estrógenos, aumenta la oxitocina. No es de extrañar que las mujeres sean muy sensibles al tacto y puedan excitarse mucho más deprisa cuando están en su momento de mayor fertilidad y sus niveles de estrógenos están en su punto más alto, en comparación con otros días del mes en que son menos fértiles.

Las mujeres y los hombres a quienes sus parejas no tocan mucho tienen niveles más bajos de oxitocina, lo que puede dar lugar a niveles más altos de cortisol y conducir a un deterioro gradual de su relación porque la función vinculante que cumplen la oxitocina se reduce poco a poco.

A la hora enfocarnos en querer concebir es importante que no se vuelva solo una tarea, una frustración que nos envuelva en un ciclo infinito en el que dejamos de disfrutar el proceso y en el cual el estrés elimine por completo el deseo. Recuerda siempre estar pendiente de tu salud hormonal ya que todo influye tanto en tu proceso de concepción como en tu estabilidad física y emocional.

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