El término Doula fue designado en la antigua Grecia a las mujeres que servían a las madres durante el parto. Pero en la actualidad, son mujeres con experiencia en el embarazo, parto y puerperio que acompañan a la mujer embarazada y le brindan un apoyo físico y emocional continuo (no médico), tratando de comprender las necesidades de la mujer parturienta en cada momento, y ayudando a que la madre recupere la confianza en su capacidad fisiológica de parir y criar a su bebé.
En Estados Unidos, los primeros grupos de Doulas surgieron en la década de los 60’s, y hoy en día, ya son figuras reconocidas en todos los niveles, es decir que acompañan a la familia tanto si realizan el parto en su hogar o en el hospital. En los hospitales las Doulas cumplen el papel de intermediarias entre la madre y los profesionales, pueden explicar lo que va ocurriendo y transmite las necesidades y las inquietudes de la mujer al equipo de salud, así como también brindan apoyo físico y emocional. Su formación abarca conocimientos sobre fisiología del embarazo, parto y puerperio, sin embargo lo más importante es su personalidad, porque esto es lo que más influye al ayudar a la mujer que está de parto.
¿Por qué son importantes las Doulas?
La aparición de estas mujeres, buscan realizar en conjunto con el médico o partera un apoyo continuo a la embarazada y a su pareja, viene a suplir un gran vacío en los servicios de atención materno-infantil actuales. Esta figura se está institucionalizando para cubrir una necesidad, el miedo, la inseguridad y el sentimiento de soledad con que viven las mujeres sus partos en los hospitales.
¿Cuáles son los beneficios de las Doulas?
Una Doula ofrece información a las parejas acerca de lo que sucede en cada momento buscando disminuir la ansiedad y promoviendo la confianza en el desarrollo fisiológico del nacimiento, ayudando así a que la mujer recupere la seguridad con su cuerpo. Además, conoce a las parejas con anterioridad, para poder realizar su trabajo basándose en las características particulares de cada familia, respetando sus hábitos y ajustándose a sus preferencias.
Crea un entorno adecuado en el lugar donde se da el parto, por ejemplo reduciendo la intensidad de la luz, poniendo música y creando una atmósfera relajante para que la mujer pueda sentirse cómoda y en intimidad. Ellas brindan un apoyo continuo, a diferencia de las enfermeras que rotan por turnos y de los médicos que solo están por períodos breves con la mujer. Pueden masajear o recomendar diferentes posiciones o movimientos que faciliten el descenso del bebé, sugerir que se den baños calientes para ayudar a la dilatación.
Las Doulas realizan en lo posible uno o más encuentros durante el embarazo de la mujer para conocerse mejor, brindar información y acordar un plan de parto. Luego acompañan a la mujer durante el trabajo de parto y el parto, y después del nacimiento realizan otra visita para responder inquietudes en relación a la maternidad. En ningún momento substituyen a los profesionales del equipo de salud, ni mucho menos el apoyo del padre del bebé o de la pareja de la mujer.
A algunas parejas les preocupa que la presencia de una Doula durante el trabajo de parto y parto interferirá con su participación en el proceso, o quitara la intimidad del momento, sin embargo, la realidad es todo lo contrario. Una Doula nunca puede reemplazar el rol tan importante que tiene la pareja o el padre en el parto.
La presencia de la Doula puede también permitir que la pareja o el papá se tome tiempo para ir al baño, para comer algo, o tomarse un respiro, sin tener que dejar a la mamá sola. Y en un parto largo, la pareja o el papá junto con la Doula pueden intercambiar roles, de forma que ambos tengan suficientes energías, y mamá tenga un apoyo y cuidado continuo. Tu pareja o el papá y la Doula se convertirán en tu mejores aliados.
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