Si deseas tener la mejor oportunidad de quedar embarazada y dar a luz un bebé sano, uno de los primeros pasos que debes dar es reducir la exposición a toxinas específicas que pueden dañar tu fertilidad. Esta materia se ha descuidado por mucho tiempo en la consulta médica ginecológica.
Innumerables estudios clínicos han demostrado que evitar ciertas toxinas y añadir suplementos específicos pueden aumentar el porcentaje de óvulos capaces de convertirse en embriones de buena calidad, aumentar el porcentaje de embriones implantados en el útero y reducir el riesgo de pérdida prematura de embarazo.
Una de las toxinas que se ha demostrado que compromete la calidad de los óvulos y la fertilidad es el BPA, que significa bisfenol A. A pesar de que se tiene años de atención públicas sobre sus peligros potenciales para la salud, este producto químico todavía se utiliza comúnmente en envases plásticos para alimento.
El BPA compromete la calidad de los óvulos al disminuir la producción de estrógenos en los ovarios:
En 2013 se descubrió que el BPA probablemente hace esto interrumpiendo la producción de las proteínas que ayudan a producir estrógenos. El estrógeno es una de las hormonas más importante en la fertilidad femenina, ya que afecta a los ovarios, útero, cerebro y otras partes del cuerpo.
El estrógeno estimula los folículos ováricos para crecer.
Esto es importante para cada folículo ovárico en desarrollo. Mientras un folículo crece y madura, también lo hace el óvulo en su interior. Sin suficientes niveles de hormonas como el estrógeno que estimulen el crecimiento del folículo, el óvulo no puede continuar madurando. Muchos otros estudios también han demostrado que el BPA altera la producción de hormonas en las células de los folículos ovárico y bloquea la capacidad del estrógeno de unirse a sus receptores. El estrógeno no es el único dañado, el BPA también interrumpe otros sistemas hormonales, como la testosterona, las hormonas tiroideas y insulina, todos ellos relevantes para el desarrollo del óvulo y la fertilidad. Dada esta interrupción crítica de las hormonas de fertilidad, no es de ninguna manera sorprendente que el BPA afecte el crecimiento del folículo ovárico y aumente la velocidad a la que los folículos ováricos mueren.
Las mujeres con altos niveles de BPA en su sistema durante un ciclo de FIV terminan con menos embriones para transferir y tienen menos probabilidades de quedar embarazadas.
La buena noticia sobre el BPA es que hay mucho que puede hacer para reducir su exposición: Con algunos pasos sencillos, la cantidad de BPA en el sistema disminuirá rápidamente. El momento más importante para reducir la exposición al BPA es tres o cuatro meses antes de intentar concebir, pero nunca es demasiado pronto para comenzar.
La primera estrategia para eliminar la exposición al BPA es eliminar el plástico de la cocina.
Cuando compres un objeto de plástico, el tipo más importante de plástico del que debe mantenerse alejada es el policarbonato. Se trata de un plástico rígido, duradero, a menudo marcado con un siete dentro del símbolo de reciclaje triangular. El policarbonato se utiliza típicamente para fabricar recipientes de plásticos reutilizables. Las botellas de plástico para agua están hechas de un tipo diferente de plástico y generalmente no contienen BPA.
Exposición al BPA durante el embarazo.
Curiosamente, la recompensa por evitar el BPA no termina cuando se queda embarazada, es también crítico para la salud del bebé. Los investigadores han sospechado durante mucho tiempo que un feto en desarrollo es particularmente vulnerable a los efectos tóxicos del BPA. Se ha demostrado que el BPA atraviesa la placenta desde el torrente sanguíneo de la madre hasta el bebé, y se ha encontrado BPA tanto en el líquido amniótico como en el feto durante el embarazo.
De hecho, un feto puede estar expuesto a niveles mucho más altos que la madre embarazada, ya que es incapaz de metabolizar el BPA en compuestos inocuos.
Un gran número de estudios han sugerido un vínculo entre la exposición a BPA durante el embarazo y una variedad de consecuencias a largo plazo para la salud, en particular para el desarrollo del cerebro, y el sistema reproductivo.
En un estudio de este tipo, la exposición prenatal se asoció con anomalías de comportamientos en niños pequeños. Aunque todavía no se sabe exactamente qué riesgos presenta el BPA durante el embarazo, el hábito de limitar su exposición tiene la doble ventaja de proteger la fertilidad y proteger al bebé cuando se queda embarazada.