
El proceso de producción de óvulos es muy largo y propenso a errores. El desarrollo de cada óvulo comienza antes de que una mujer nazca, en los recién formados ovarios durante el primer trimestre del embarazo. Una niña nace con todos los óvulos que tendrá en toda su vida, y cada óvulo existe en un estado de animación suspendida hasta unos meses antes de la ovulación.
Aproximadamente cuatro meses antes de la ovulación, un pequeño grupo de óvulos inmaduros comienza a crecer y, aunque la mayoría moriría naturalmente, se selecciona un óvulo para que termine de madurar. El óvulo completamente crecido completa la ovulación saliendo de su folículo y viaja por las trompas de falopio, listo para ser fertilizado.
Durante el intervalo que se produce entre el desarrollo temprano del óvulo y la ovulación, los óvulos tienen muchas oportunidades de acumular daños durante el proceso de envejecimiento.
La creencia tradicional es que, cuando una mujer tiene 40 años, sus óvulos ya han acumulado anormalidades cromosómicas y no se puede hacer nada para cambiarlo. Pero eso no es científicamente correcto, porque la mayoría de los errores cromosómicos ocurren en realidad poco antes de la ovulación, en etapas posteriores de un proceso llamado meiosis.
Un óvulo termina con el número incorrecto de cromosomas cuando la meiosis va mal.
La meiosis consiste en alinear cuidadosamente copias cromosómicas a lo largo de la mitad del óvulo para luego tirar de cada extremo del óvulo una red de túbulos microscópicos.
Un conjunto de cromosomas es empujado fuera del óvulo en lo que se llama cuerpo polar. Un óvulo en desarrollo hace esto dos veces: comienza con cuatro copias de cada cromosoma y, si el proceso falla en cualquier etapa, el resultado final es una copia de más o de menos de un cromosoma. Aunque la primera ronda de meiosis comienza antes de que nazca una niña, la mayor parte de la actividad de procesamiento cromosómico ocurre en los meses previos a ovular un óvulo.
El punto crítico que hay que tener en cuenta—y un punto del que muchos médicos de fertilidad no son conscientes—es que la mayoría de las anomalías cromosómicas en los óvulos no se acumulan gradualmente durante 30 a 40 años a medida que el óvulo envejece, sino que suceden en el par de meses previos a que se ovule un óvulo.
En otras palabras: el envejecimiento no causa directamente las anomalías cromosómicas; más bien crea las condiciones que predisponen a que los óvulos maduren incorrectamente poco antes de la ovulación.
Esto significa que, si se cambian esas condiciones antes de la ovulación, se puede aumentar las probabilidades de que un óvulo madure con el número correcto de cromosomas. En resumen, se podría influir en la calidad de los óvulos que ovulará dentro de un par de meses, ya que los errores cromosómicos en los óvulos probablemente no se han producido todavía.
Esto nos lleva a la cuestión fundamental: ¿Cómo puede un óvulo estar predispuesto a madurar con un número incorrecto de cromosomas, y qué se puede hacer al respecto?
PRODUCCIÓN DE ENERGÍA EN EL ÓVULO.
Un creciente cuerpo de evidencias sugiere que la capacidad de un óvulo para producir energía cuando es necesario, es de vital importancia para poder madurar con el número correcto de cromosomas. También es vital para que un embrión tenga el potencial necesario para sobrevivir a la primera semana e implantarse con éxito.
Las mitocondrias que funcionan mal pueden ser una de las razones más importantes por la cual algunos óvulos tienen más posibilidades de terminar con anomalías cromosómicas o carentes del potencial para convertirse en un embrión viable, ya que ellas proveen de energía a las células, en forma de ATP (adenosin trifosfato). Sin ATP no hay energía, sin energía los cromosomas no pueden alcanzar el número y calidad ideal.
Lo que puedes hacer para ayudar a “recargar” tus mitocondrias y así aumentar el suministro de energía de los óvulos es evitar la toxina BPA , realizar ejercicio regularmente y comer de manera saludable.